Muñecas de pasarela

¿Aún crees que ya no tienes edad para jugar a las muñecas? Probablemente la propuesta que te voy hacer no es la más idónea para recordar tu infancia y volver a cambiar unos trapitos por otros, pero si para sumergirte en el mundo de la moda y depositar parte de tu personalidad más humilde con los demás.

Desde el año 2003 es un placer disfrutar de las lujosas muñecas “Les Frimousses de Créateurs”, que no significa otra cosa más que muñecas de trapo. Una valoradísima colección de diseños únicos de las figuras más demandadas en nuestros días, Agatha Ruiz de la Prada, Armani, Chanel, Dior, Dolce & Gabbana, Elie Saab, Gucci, Jean-Paul Gaultier, Louis Vuitton, Miu Miu, Pucci, Sonia Rykiel o Yves Saint-Laurent entre otros muchos.
.

La magnífica idea surge de Laetitia, mujer de Johnny Hallyday, conocido en Francia como uno de los grandes del Rock. Su alma caritativa se puede apreciar en todo lo que hace, es hija de dos niñas adoptadas en Vietnam, Jade y Joy, y participa activamente en un comité dirigido por Delphine Arnault, hija de Betrand Arnault, en el que también se dedican estrellas del show y el mundo más “chic” del momento como Alain Delon o el alcade de París, Bertrand Delanoe.

Sí aún no te han convencido del todo, lo harán cuando descubras que se trata de una subasta que se celebra todos los años en el museo Petit Palais de París con el propósito de mejorar la vida de los niños Darfour, con la ayuda de UNICEF, el pasado año la recaudación fue destinada a una campaña de vacunación y compra de los utensilios necesarios para las vacunas.

En esta última exposición, la inspiración: naturaleza, se consiguieron 186.000 euros una cifra que se espera seguir aumentando al igual que el número de diseñadores que en cada edición participan. 

Fuente de imágenes: www.vivisophia.com

Un estilo que nunca pasa de moda.

La conocida Coco Chanel nació en 1883, con el nombre de Gabrielle Bonheur, dando un giro de trescientos sesenta grados al mundo de la alta costura en los años de entreguerras. Sin duda fue la pionera de transformar la idea que se tenía de vestir a las mujeres, comenzó por eliminar el corsé entallado y las piezas ajustadas y rígidas del momento. Mediante su técnica y disciplina de mujer independiente, consiguió dar una mayor libertad de movimiento en la expresividad del cuerpo femenino.  

Tras la guerra, la modista se definió con el término de degarçonne, figura esencial de la mujer moderna y actual que lucían prendas sencillas y cómodas de llevar. Pero no fue el único apodo que la seguiría el resto de sus vidas. Alternaba su trabajo en la mercería de Moulins, con los pequeños ratos que pasaba en La Rotonde, donde deleitaba a los oficiales del ejército con canciones como Ko ko ri ko yQui qu´a vu Coco? (trataba sobre la pérdida del perrito Coco de una joven). Desde entonces también se la conoce por la petite Coco, nombre que será testido de su éxito mundial.

A sus veintidós años llegó el amor de su vida, aunque lo negase siempre, Étienne Balsan, un muchacho apuesto y muy bien situado económicamente. En 1914 abrió su galería Lafayette, comenzando con una pequeña colección de sombreros que le llevarían a la fama con el paso de los años. La sorpresa vino cuando comprobó el resultado tan fascinante que había tenido su apertura, utilizando los beneficios que obtenía para lanzar su primera línea de moda. Entre sus clientes más “chic” destacaban Elizabeth Taylor, Brigitte Bardot, Jackie Kennedy, Catherine Hepburn o la maravillosa Marilyn Monroe.

En cualquier caso, no solo se vio afectar su trayectoria profesional por la guerra, sino también por el crack de 1929 en Wall Street, viéndose obligada a reducir el número de empleados a su mando (pues contaba con 4.000 trabajadores) y las cifras que alcanzaban sus colecciones. De este modo, decidió cerrar sus salones por un tiempo e instalarse en Norteamérica, donde el productor de cine Samul Goldwyn le pidió que diseñase el vestuario de sus estrellas tanto en su vida profesional como personal.En 1953, se volcó de nuevo en el campo de la moda abriendo de nuevo las puertas de su casa con setenta y dos años.

El 10 de enero de 1971, aún habiendo tenido innumerables amantes, Coco Chanel falleció sola junto a su amiga Claude Billen en una habitación del Hotel Ritz. El estilo que ha dejado hasta nuestros días va marcado por su seguridad a rebajar la longitud de las faldas y de los cabellos femeninos. 

Sin duda entre todas las prendas que llevó a cabo en sus colecciones, los pantalones femeninos fueron la chispa que ideó una nueva figura del modelo de la mujer que se tenía por entonces. También sería la dueña de los trajes de tweed escocés con bisutería llamativa, faldas plisadas marcadas por el mundo marinero, y sin olvidar el bolso con cadenitas doradas que aún hoy pasean por nuestras calles.

¿Pero que sería de nuestro fondo de armario sin su aportación en los trajes negros (la petite robe noire)? En 1925 realizó un conjunto de falda y chaqueta de manga larga que llenaría todas las portadas de revista de moda. Quizá otras de las aportaciones que dejó Chanel fue el zapato de tacón bajo, dejando en un segundo plano a los tacones de aguja que se hallaban en ese momento, en los años cincuenta.

En 1923 lanzó al mercado el perfume Chanel nº 5. No se trataba más que de una fusión de aromas y aldehídos que llevaron a esta fragancia a lo más alto de la cumbre, perteneciendo a la mejor categoría de perfumes incluso actualmente. No obstante, Marilyn Monroe le ayudó a seguir con éxito esta continuada serie de números que clasificaban a sus perfumes. En una entrevista, la estrella reconoció que tan solo unas gotas del nº 5 conseguían que captase el sueño todas las noches.

"El lujo es una necesidad que empieza cuando acaba la necesidad" así se podría definir aún quedándonos escasos de virtudes a la magnífica modista que revolucionó la moda del sigo XX y la que hoy en día nos viste. 

Fuente de imágenes: Flickr, ssasdiary.blogpost.com, madymarcas.com, taylornotes, y estilo-in-diferente.com